El presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, ha escalado su ofensiva diplomática solicitando directamente a los líderes de China y Rusia, Xi Jinping y Vladimir Putin, su apoyo para la recién aprobada misión multinacional en Haití. La medida busca asegurar el éxito de la Fuerza de Supresión de Pandillas autorizada por la ONU, en un momento crítico para la estabilidad de la región.
En un movimiento estratégico que subraya la urgencia de la crisis haitiana, el presidente Luis Abinader ha enviado comunicaciones formales a los presidentes de la República Popular China, Xi Jinping, y de la Federación de Rusia, Vladimir Putin. El objetivo principal de las misivas es solicitar el respaldo de ambas potencias mundiales, miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, para la nueva Fuerza de Supresión de Pandillas destinada a estabilizar a la nación vecina.
La noticia, que ha comenzado a generar tendencia, surge justo después de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas diera luz verde a una nueva resolución para intervenir en Haití. Aunque la resolución fue aprobada, la abstención de China y Rusia en la votación fue un punto notable que no pasó desapercibido para la diplomacia internacional.
En sus cartas, el mandatario dominicano enfatizó que «el concurso de los miembros permanentes resulta indispensable para evitar un colapso irreversible de Haití». Esta acción diplomática directa busca comprometer a dos actores globales cuyo veto podría complicar o debilitar la efectividad y el financiamiento de la misión.
Situación en Haití y las consecuencias en el mundo
- Contexto Crítico en Haití: La situación en Haití ha alcanzado un punto de quiebre. Las pandillas controlan vastas áreas de la capital, Puerto Príncipe, y otras regiones, provocando una crisis humanitaria sin precedentes, el desplazamiento de cientos de miles de personas y el colapso casi total de las instituciones estatales.
- Seguridad Regional en Juego: Para la República Dominicana, la inestabilidad en Haití representa una amenaza directa a su seguridad nacional y estabilidad económica. El gobierno de Abinader ha insistido en que la comunidad internacional no puede dejar a la República Dominicana sola con las consecuencias de esta crisis.
- Implicaciones Geopolíticas: La solicitud a China y Rusia introduce una dinámica geopolítica compleja. Ambos países han mostrado históricamente escepticismo ante las intervenciones extranjeras. La gestión diplomática de Abinader busca alinear los intereses de estas potencias con la necesidad urgente de pacificar Haití, argumentando que la estabilidad regional es un bien común.
La nueva misión de la ONU y el rol de las potencias
La nueva «Fuerza de Supresión de Pandillas» es una misión más robusta que los intentos anteriores, con un mandato claro para ayudar a la Policía Nacional de Haití a restaurar el orden y la seguridad. Sin embargo, su éxito depende de un amplio respaldo logístico, financiero y político.
La abstención de China y Rusia, si bien permitió que la resolución pasara, también envió una señal de cautela. Fuentes diplomáticas sugieren que Abinader busca con estas cartas no solo un apoyo pasivo, sino una colaboración activa que pueda traducirse en recursos y un compromiso firme dentro del Consejo de Seguridad para garantizar la continuidad y eficacia de la misión a largo plazo.
El gobierno dominicano ha calificado la aprobación de la fuerza como una «victoria diplomática», resultado de meses de insistencia en todos los foros internacionales. Ahora, la atención se centra en la implementación y en asegurar que esta iniciativa no fracase como otras anteriores. La implicación de todas las potencias mundiales es, según la visión dominicana, la única vía para lograr «el principio del fin» de la anarquía en Haití.